En la edición de El Correo Gallego del domingo 6 de diciembre de 1.896, una carta del farero de Cabo prior, D. Alonso Ordoñez, desmiente los rumores sobre el naufragio de un bote, del que se decía por el pueblo, que solo se salvó un perro, pero lo que si afirma dicho farero es la aparición en la zona de la Cova, en el lugar conocido como «pena del presidio» de un “galgo charnego, joven, de gran talla, largo rabo, orejas marcadas y de color rojo claro”

Por más que el farero llamo al can, este no le hizo ni caso, preguntándose el farero si sería ruso, francés, inglés… Al final el farero se lo gana con un trozo de pan y lo cuida, saliendo a pasear por Cobas con él, en el pueblo algunos afirman que lo han oído hablar, otros dicen que es un perro encantado o un alma del otro mundo, apodado por los mozos que apacentan el ganado por Prior como «el perro encantado»

Supone el farero en su carta que el perro tuvo que caerse de alguno de los muchos vapores que pasan cerca de Cabo Prior y llegar a nado hasta la costa, una semana después el perro seguía con el farero, acompañándolo en sus paseos hasta el pueblo y levantando no pocos comentarios, aunque en la carta publicada por el periódico local, pone el perro a disposición del su legítimo dueño, no he conseguido averiguar si este finalmente volvió a su casa o, por el contrario, se quedo a vivir en el faro de Prior.
